Si vienen a
leer una reseña bien informada, justa y completamente imparcial sobre Baby: El Aprendiz del Crimen, lamento
decirles que han venido al lugar equivocado. Como admirador del director Edgar
Wright mi opinión sobre su trabajo puede ser alterada por mi casi incondicional
fanatismo, lo cual tal vez me haga ver poco o nada profesional, pero en este
caso me importa poco ya que, preferencias personales o no, Baby: El Aprendiz del Crimen es mi película favorita en lo que va
del 2017.
En Baby: El Aprendiz del Crimen veremos las
aventuras de un joven y su extraordinario talento para conducir autos. Debido a
un complicado pasado Baby (Ansel Elgort) ha dedicado su vida a ser un conductor
de escape para varios asaltos a mano armada. Cuando Baby conoce a una chica
llamada Débora (Lily James), ambos jóvenes parecen encontrar lo que les hacía
falta para comenzar una vida mejor el uno con el otro, sin embargo, antes de
poder seguir su plan de una vida tranquila junto a Débora, Baby deberá hacer un
último trabajo para saldar sus deudas con un peligroso criminal.
Si existe un
director de escenas de acción en este o cualquier otro mundo que sea mejor que
Edgar Wright, simplemente no lo conozco. La manera en que Wright dirige la acción
es siempre impresionante, ya que logra hacer de estas escenas todo un espectáculo,
dejándonos ver cada detalle de la acción sin tener que recurrir a trucos de edición
o exageradas composiciones hechas por computadora. Todo lo anterior es cierto
en cualquier trabajo del director pero en el caso de Baby: El Aprendiz del Crimen, este cineasta se ha superado a si
mismo con la perfecta incorporación de la banda sonora de la película y las
escenas que vemos en pantalla, de hecho la implementación de la música es un
elemento crucial tanto a nivel técnico como al narrativo. La genial banda
sonora se sincroniza a la perfección con toda la película, tanto en las escenas
de acción como en los escenarios más “tranquilos” de la cinta, en muchas ocasiones
empatando la música con los propios sonidos ambientales de una escena, creando
momentos coreografiados perfectamente que demuestran un nivel técnico impecable,
sobre todo en las escenas largas de una sola toma que bien me imagino debieron
de ser realizadas con una sincronización perfecta entre la acción y la música.
Tal vez sea
exagerado y no suene demasiado atractivo, pero la película bien podría considerarse
un “musical de acción”, puede o no gustarles esa idea pero deben admitir que
por lo menos resulta interesante y algo completamente original por sí solo. Por
razones que no puedo describir porque estoy demasiado ocupado alabando esta hermosa
película, la música se enlaza con la misma forma de actuar del protagonista y,
de hecho, las muy pocas escenas que no cuentan con música sirven para
mostrarnos el propio sentir del protagonista. Los poco momentos en que el filme
no cuenta con música se sienten tensos, un poco fuera de lugar, como si algo de
vital importancia hiciera falta y ese “algo” es sin duda la extensa, hermosa y
muy diversa banda sonora. Nietzsche dijo una vez que “Sin música la vida sería
un error” y esta expresión es el alma y la sangre que corre por las venas de
este filme.
Estoy tan
enamorado de esta película que no me atrevo a decir algo malo sobre ella, es
por eso que no pienso decirles que la historia en si misma resulta demasiado
sencilla y poco original, tampoco les diré que en más de una ocasión los
personajes actúan más en interés del guion que en sus propias motivaciones,
siendo el caso más claro el personaje interpretado por Kevin Spacey, quien al
llegar cierto punto de la película toma una decisión que contradice
completamente a lo que la cinta había establecido sobre su personaje hasta ese
momento. Pero como dije, no pienso hablar de estas supuestas “fallas” que, francamente,
ni siquiera existen ante mis muy parciales ojos.
No sé qué
más decirles sobre Baby: El Aprendiz del
Crimen. El filme es emocionante y divertido desde comienza hasta que
termina, llevando un ritmo estrepitoso y constante, tanto metafórica como
literalmente gracias a su banda sonora. Tal vez la cinta no sea perfecta pero
estoy dispuesto a pelear con cualquiera que se atreva a decir que no lo es. Amo
esta película tanto como un hombre es capaz de amar una producción cinematográfica.
Baby: El Aprendiz del Crimen hará una
importante distinción en el mundo y dividirá a la gente en dos muy específicos grupos:
Los que amamos esta película y los que están en un error, y estoy muy seguro
que ese segundo grupo será una muy pequeña y triste minoría. Vean esta película
pero YA.
Baby: El
Aprendiz del Crimen: 5/5. Excelente.
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