Estoy tan
cansado de anunciar mi odio por el cine mexicano así casi tanto como ustedes de
escucharme hacerlo, algo que por sí mismo se ha convertido en un problema para
mí a la hora de hablar de cine nacional; tomen como ejemplo Camino A Marte, una película que para mi
sorpresa resulto interesante y que sin un dejo ironía me atrevería a
recomendar, algo que, para aquellos que conocen mi odio por las producciones
cinematográficas mexicanas, podría hacerlos pensar que la película en verdad debe
ser un joya del séptimo arte, algo que definitivamente no es, pero lo que sea
de cada quien, es la mejor película mexicana que he visto este año (no que esa una
marca sea difícil de superar).
En Camino a Marte veremos el viaje por
carretera de un par de amigas que se topan con un excéntrico personaje. Violeta
(Camila Sodi) y Emilia (Tessa Ia) son dos grandes amigas que deciden salir de
viaje a una distante playa a pesar del delicado estado de salud de Emilia.
Durante su viaje el par de chicas se topan con Mark (Luis Gerardo Méndez), un
desaliñado joven que dice ser proveniente de otro planeta. Uniéndose al grupo,
Mark, Violeta t Emilia emprenden un viaje que hará crecer su amistad y
descubrirse a ellos mismos.
La película
es un sencillo “road trip” sin muchas complicaciones o sorpresa, sin contar lo
extraño que resulta el personaje de Mark, algo que por lo menos para mí suena
tan divertido como ver crecer el pasto,
pero algo que hace que este sencillo concepto funcione es la química entre los
personajes. En el poco tiempo que pasamos con ellas podemos sentir la amistad
entre Violeta y Emilia, una que se tiene altibajos constantes, algo que ayuda a
que su relación se sienta bastante real y que logra hacer que nos encariñemos
con estos personajes. Este balance entre las protagonistas se ve alterado por
el personaje interpretado por Luis Gerardo Méndez, lo cual agrega a la historia
un nivel de excentricidad que, si bien puede llegar a resultar un tanto
fastidioso y repetitivo, definitivamente logra dar un algo “extra” a la trama
que la hace destacar de producciones similares.
Algo que
odio de las películas mexicanas es que sus diálogos generalmente suenan
forzados y muy poco naturales, algo que siempre hace ver a los personajes como
precisamente eso: personajes leyendo diálogos. Camino a Marte evita esto gracias a un guion sencillo que, con
ayuda de las actuaciones de sus protagonistas, hace que cada interacción
parezca completamente natural y creíble. De nuevo, el personaje de Mark es la
excepción a esta regla pero tomemos en cuenta que esa es precisamente su
función dentro de la trama, el contrastar lo medianamente cotidiano con lo
extravagante. Cada que Mark abre la boca nos topamos con un dialogo rebuscado,
mamón y muy pretencioso, pero es importante señalar que esto es por diseño del
guion y no por accidente o descuido, algo que usualmente es el caso en las
película mexicanas
Pude que la
producción se sencilla pero no por ello carece de encanto. Sí, en más de una
ocasión la película se siente muy pedante y estirada, con un aire hípster de
autocomplacencia que me parece casi insoportable, sobre todo acercándose el
final, el cual contiene una dialogo tan mamón que me hizo soltar una pequeña
carcajada debido a lo pretencioso que resulta, pero aun con ello no puedo negar
que la cinta en general resulta interesante. Todos dicen que hay que apoyar el
cine nacional por el simple hecho de ser hecho en México, pero yo no estoy ni
remotamente de acuerdo, ya que muchas veces esto no es más que una excusa para
justificar la mediocridad del cine mexicano; yo digo que hay que apoyar el buen
cine, venga de donde venga, y aunque no sea un clásico o algo demasiado
innovador que digamos, Camino a Marte
es una película que sí merece la atención del público. No pienso que sea una
visita obligada al cine, pero si tienen la oportunidad vean Camino a Marte. Tú ganas este round cine
mexicano, pero no hay problema, estoy seguro que para la siguiente saldrás con
una de tus usuales metidas de pata que ayudaran a justificar mi odio hacia ti.
Por ahora disfruta la victoria que te dio esta película.
Camino a
Marte: 3/5. Buena.
Mejor que: Perfume
de Violetas (2001).
No tan
buena: Y tu Mamá También (2001), Paul (2011). Sí, ya sé que esa última no es
mexicana y ni es del mismo género pero la premisa es similar ¿Qué quieren que
les diga? No estoy acostumbrado a hablar bien del cine mexicano.
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